Jonny Puglia

Historia: "Irónicamente, me diagnosticaron oficialmente cáncer colorrectal en estadio IV el día de mi 30 cumpleaños, en julio de 2018. Esa fue la fecha en la que acepté plenamente lo que me acababan de decir. El cirujano colorrectal entró y, sin que se le moviera la cara, me dijo que me quedaban 'cinco años de vida, en el mejor de los casos'.

"Conduje hasta la consulta del médico, yo sola, durante mi pausa para comer en el trabajo (luego lo entenderéis) con prisas por conocer los resultados de mi tomografía computarizada y confirmar que mi colon era el único lugar que tenía cáncer. Por desgracia, ya había hecho metástasis fuera del colon y se había extendido al pulmón derecho y al hígado". - bastante extensamente. Lo que más me sorprendió fue la falta de emoción durante ese momento tan íntimo. El médico no se mostró sorprendido ni mostró empatía. Como persona empática, suelo reflejar y alimentarme de la longitud de onda que irradia un individuo - bueno o malo. Allí estaba yo, helado hasta los huesos escuchando mi destino que se había solidificado. Y, allí me proyecté; decidí volver al trabajo como si nada hubiera pasado. Volví al trabajo porque necesitaba esa distracción, una forma de sentirme normal y sin un foco centrado en mí. Haciendo memoria, creo que entré en el despacho de mi supervisor después de volver al trabajo desde el médico y dije algo así como: "Sí... fase IV, estaré en mi despacho trabajando".

"Curiosamente, prefería ir sola, no necesitaba ninguna respuesta emocional ni sentía ninguna carga. La mayoría de mis amigos más íntimos no lo supieron hasta bien entrado el régimen de quimioterapia. Curiosamente, le hablé de mi cáncer a uno de mis mejores amigos a través de Snapchat, confundiéndolo con un familiar. Su respuesta, "Espera... ¿por qué te estás sometiendo a quimioterapia?", está grabada en mi mente, no porque la utilice en sus espectáculos de monólogos, sino porque fue entonces cuando recurrí al humor como forma de expresarme al hablar del cáncer."

Consejos: "¡No te avergüences! Sí, el recto y el colon no se consideran "sexys" ni un tema fácil de tratar, pero recuerda a quién estás pidiendo ayuda: a los médicos. Ellos oyen esto (y mucho más) todos los días, lo que borra el estigma que a menudo crea el público. Otra cosa que oigo a menudo es "no quiero que me metan una cámara ahí". Créeme, hay cosas peores que ayunar durante un día y que te seden tranquilamente para una intervención de 20 minutos. Piensa en toda la ansiedad que se te quitará de encima cuando sepas qué era ese dolor punzante o si tenías sangre en las heces. Personalmente, después de compartir por qué tardé tanto en consultar a un profesional y mi diagnóstico, se pusieron en contacto conmigo algunos amigos que también tenían cosas raras. A través de esa conexión, me encantó animarles a ver a su médico. Afortunadamente, esos amigos no tuvieron resultados adversos en las pruebas.

"Si tienes seguro médico y medios, busca proveedores médicos profesionales. Si estuvieras en mi situación, sin seguro disponible ni ingresos para sufragar los gastos de bolsillo, hay enormes obstáculos que superar. La defensa, la presión política y los testimonios reales de iniciativas sanitarias fallidas tienen que estar presentes en nuestras conversaciones diarias."

"Acabar con el estigma es CLAVE para motivar a otros a dar la cara por una enfermedad potencialmente mortal. Aceptar siempre la ayuda cuando se necesite; superar cualquier sentimiento de agobio; esto fue lo que más me costó conseguir; el sentimiento de aceptación."

-Jonny Puglia