Comer en vacaciones

Salud física y sexual
símbolo de héroe

CHAD LATTA, MA
Psiquiatra, profesor de la Metro State University (Denver, Colorado), pintor, cinturón negro de BJJ, veterano del USMC, superviviente de la fase III y divertidísimo.

La comida puede ser un tema peliagudo en las mejores circunstancias.

Si a esto le añadimos las complicaciones del cáncer, las vacaciones y la familia, nos encontramos ante un campo de minas en el que cualquiera querría esconderse debajo de la mesa.

La comida es mucho más que un simple combustible para nuestro cuerpo físico. La comida es emocional. Es social. Puede tener profundas raíces en las tradiciones familiares y culturales. Los seres humanos siempre se han reunido para compartir y crear vínculos sociales a través de la comida. Por eso, cuando algo como el cáncer colorrectal interviene y cambia fundamentalmente nuestra relación con la comida, algo que antes era positivo puede convertirse en un verdadero problema.

Las fiestas pueden poner este tema en primer plano. No sólo tenemos que navegar por lo que nuestros sistemas individuales pueden soportar, sino que tenemos que lidiar con la incomodidad y los problemas que nuestras nuevas restricciones alimentarias pueden causar con la familia y los amigos. Ser el que no puede participar o el que pide adaptaciones específicas es realmente difícil. Lo último que queremos es arruinar la diversión de los demás.

Entonces, ¿qué hacer?

Mira dentro de ti

En primer lugar, mira dentro de ti. Eres responsable de una persona: tú mismo. Deja de preocuparte por lo que piensen o sientan los demás: Ese no es tu trabajo. Atender nuestras necesidades requiere que digamos a los demás cuáles son esas necesidades. Recuerda la parte del discurso de seguridad en el avión que dice: "Si se cae la máscara de oxígeno, ponte la tuya antes de ayudar a los demás". Lo mismo se aplica aquí; tu responsabilidad es primero contigo mismo.

Dejar que otros ayuden

La familia y los amigos quieren ayudar. El cáncer también es muy difícil para los cuidadores porque a menudo no pueden hacer nada. Así que, en realidad, les alegra saber que hacer algunas adaptaciones puede ayudarte. Comunicar tus necesidades no sólo te ayudará a ti, sino que permitirá a los que te rodean saber qué hacer. De lo contrario, estarán adivinando, y eso es una receta para los problemas.

Conectar

Comunicar claramente tus necesidades te permite conectar. El cáncer puede aislarnos mucho. Estamos atrapados en nuestra terrible experiencia mientras los que nos rodean siguen con su vida normal. ¿Cómo acortamos distancias y volvemos a conectar? Comunicándonos. Si compartes tu experiencia con sinceridad, dejarás que los demás te ayuden. No tengas miedo de decir "No". Imagina que un amigo tuyo tiene problemas, pero no sabes por qué ni cómo ayudarle. ¿Y si te contara sinceramente cómo se siente y te dijera específicamente qué puedes hacer para ayudarle? ¡Qué alivio! La comunicación abre conexiones.

Recuerda: es tu trabajo cuidar de ti mismo y satisfacer tus necesidades. Ten en cuenta que, aunque pueda resultar incómodo, hacer saber a la gente lo que necesitas te ayudará a conectar con los demás y hará que las fiestas sean mucho más divertidas para todos.

Consigue el último número de Beyond Blue

La comida. No podemos vivir sin ella, pero para muchos en la comunidad del cáncer colorrectal es difícil vivir con ella. Sin embargo, como afirman médicos, nutricionistas y datos de investigación: La dieta y la nutrición desempeñan un papel esencial en la prevención y el tratamiento del cáncer. La alimentación es un tema que no podemos ignorar.