Nikki Moore

Historia: "Era junio de 2015 y la vida iba viento en popa. Teníamos dos negocios; Matt dirigía su empresa financiera y yo dirigía mi consulta privada de terapia de salud mental. Estábamos renovando la cocina de un condominio y descubrimos que íbamos a tener un bebé. Nuestros objetivos personales, profesionales y familiares con los que soñábamos desde el principio de nuestra relación, a los 20 años, empezaban a hacerse realidad. Una noche de agosto, durante un partido de fútbol sala, Matt se rompió el dedo gordo del pie. Con su persistente dolencia física y un aumento del estrés laboral, las cosas empezaron a cambiar para Matt.

"Su humor, su energía... algo estaba profundamente apagado.

"Mi alegre y despreocupado marido estaba perdiendo esa energía en su paso y pronto empezó a quejarse de dolor de espalda. Lo tomamos como un síntoma de su lesión en el dedo del pie. En octubre, a la vuelta de un viaje para visitar a unos amigos, Matt me dijo que creía que tenía cáncer de colon. Puse los ojos en blanco y le recordé la última vez que se había autodiagnosticado un ataque al corazón en WebMD, para luego descubrir que sufría un tirón muscular. Sin embargo, este autodiagnóstico era diferente. Me di cuenta de que estaba asustado. Se puso muy serio y compartió conmigo algunas cosas personales: su repentino cambio en las deposiciones, calambres, fatiga y sangre en las heces.

"Avance rápido hasta el 8 de diciembre de 2015. Volví a reunirme con Matt después de su colonoscopia. Decía tonterías debido a los sedantes y yo no podía parar de reírme de él. La risa no duró mucho. El médico entró y dijo esas palabras demoledoras,

'Estoy conmocionado pero Matt tiene cáncer de colon'.

"Miré a Matt por encima de mi barriga de embarazada de 7 meses con total incredulidad cuando pronunció las palabras: 'Lo sabía'. Le corrían las lágrimas por la cara. Mi intuitivo marido de 32 años sabía que algo iba muy mal en su cuerpo. Luego llegaron los resultados del TAC: estadio IV. Tumores en el hígado sin posibilidad de operar.   

"¡¿Cómo puede ser esto?! Citas con el médico, cirugía de puerto, quimioterapia, escáneres... entramos en el mundo del cáncer. El objetivo de la junta de tumores del hospital era que Matt recibiera el tratamiento de una bomba de infusión arterial hepática para aumentar sus posibilidades de supervivencia a 60%. Las cosas entraron rápidamente en modo de lucha.

"El 5 de febrero de 2016, Matt comenzó su primera ronda de quimioterapia. Nueve días después recibimos el regalo más hermoso de un bebé sano. Nuestra joven familia se enfrentaba a una nueva vida y a la incertidumbre de la muerte al mismo tiempo. Con la misma rapidez con la que se movían las cosas, también se ralentizaban hasta el momento presente. El ruido de estar a la altura de nuestros compañeros: la casa grande, el barco, las vacaciones, la tecnología más reciente ---- nada de eso importaba. Empezamos a apreciar cada momento y a disfrutar profundamente de cada fiesta, hito y momento de conexión como si pudiera ser el último. Nuestra vida y nuestras prioridades cambiaron para siempre.

"La incertidumbre de la vida era alta y clara, pero su belleza se hacía silenciosamente radiante. Estas lecciones de disfrutar de la vida y del poder de la amabilidad. Como se intercambiaba generosamente con nosotros y de nosotros, pasaron a primer plano en nuestra vida. Por fin estábamos viviendo la vida que anhelábamos y soñábamos emocional y espiritualmente cuando éramos universitarios, aunque nunca hubiéramos imaginado que el cáncer nos llevaría hasta allí."

Consejos: "Un fin de semana, mientras estaba en cama recuperándose de la quimio, Matt empezó a diseñar camisetas como desahogo creativo. Nos sentamos juntos y hablamos de nuestro viaje y de las lecciones de la vida. Si pudiéramos enseñar al mundo una cosa a partir de nuestra experiencia, sería '¡Vive Moore! Nunca sabes lo que pasará mañana, así que viaja, arriésgate, vive aventuras, pasa tiempo con tus seres queridos, tacha cosas de la lista de cosas que hacer antes de morir, realiza actividades gratificantes, crea, conecta, disfruta, ama, sé y, sencillamente, ¡VIVE Moore (Moore, por nuestro apellido)!

"Así nació el mensaje que Matt y yo esperamos compartir y transmitir a los demás. La pasión de Matt por la vida y sus ganas de vivir eran innegables. Sin embargo, tras veinte rondas de quimioterapia, nos enteramos de que el cáncer se había extendido por segunda vez, y cualquier posibilidad futura de tratamiento quedaba descartada. Palabras más difíciles de digerir que un diagnóstico de cáncer. 

"Aun así, Matt siguió luchando mediante inmunoterapia y tratamientos alternativos. Nunca perdió la esperanza ni aceptó que el cáncer le arrebatara la vida. Su vocación mientras estuvo en su cuerpo humano fue compartir un mensaje aprendido mientras experimentaba el cáncer e inspirar a otros a vivir de verdad. El 25 de abril de 2017 Matt tomó su último aliento de aire terrenal y descendió al mundo de los ángeles. Dejó atrás un bebé de 14 meses, esposa, hermana, madre, padre, abuelos, tías, tíos, cuñados, suegra, suegro, innumerables amigos y un legado para compartir con el mundo: ¡Vive Moore!".