Stephanie Bertels

Historia: "El 7 de noviembre de 2006, a mi madre le diagnosticaron cáncer de colon en estadio IV. El 19 de junio de 2010, nos dijeron que no había nada más que se pudiera hacer para salvar a mi madre. Ella comenzó a experimentar delirios y alucinaciones graves. Mi padre, mi hermana y yo nos vimos obligados a ingresar a mi madre de 48 años en una residencia. Donde murió tres semanas después, el 15 de septiembre de 2010.

"Era un momento de nuestras vidas en el que mi madre y yo deberíamos haber pasado tiempo juntas. Compartiendo historias, riendo y jugando con mi hija. Ella debería haber podido apreciar la mujer en la que me estaba convirtiendo mientras yo apreciaba a la maravillosa mentora que siempre había tenido pero a la que nunca me había tomado el tiempo de apreciar; cuando yo debería haber podido aprender importantes lecciones de vida de ella que luego podría a su vez transmitir a mi hija.

"En lugar de eso, mi madre sufrió, perdió la cabeza y murió. Lo único que mi familia pudo hacer fue mirar.

"Hoy es miércoles, 28 de mayo de 2014. Actualmente tengo 24 años -la mitad de la edad que tenía mi madre cuando murió- y mi primera colonoscopia está programada para el viernes. Es un poco inconveniente para tomar tiempo libre del trabajo, y la preparación será sin duda desagradable. Soy muy joven, y probablemente a mucha gente le parezca una tontería que me haga una revisión a esta edad. Pero un poco de incomodidad y molestias bien valen la pena para evitar una muerte lenta y miserable.

"Mi hija no perderá a su madre como yo perdí a la mía. Mi marido no enviudará como mi padre. No dejaré que el cáncer de colon me lleve como se llevó a mi madre".

Consejos: "Más vale prevenir que curar. Me lo decían mi abuela y mi madre, y ahora tiene sentido. Nadie pensó que mi madre pudiera tener cáncer de colon; no teníamos antecedentes familiares y no sabíamos cuáles eran los síntomas. Durante años, mamá había experimentado síntomas intestinales dolorosos y molestos, pero los había descartado como un simple efecto secundario de sus medicamentos. Si hubiera sabido que tenía que hacerse las pruebas cuando empezó a tener problemas, podría haber vivido para verme casar, para ver a mi hija empezar el colegio, para ver a mi hermana comprometerse, para viajar con mi padre cuando se jubile dentro de unos años. Hoy podría seguir viva, si hubiéramos detectado antes el cáncer".