Patrice Mabins

Historia: Di a luz a mi hija el 10 de diciembre. Mi embarazo fue bien; no se detectaron problemas. Mi hija nació seis semanas antes de la fecha prevista para el parto; sólo pesaba 1,5 kg, pero por lo demás estaba sana. Tuve un parto sano; nos fuimos a casa dos días después. El 30 de diciembre, me dolía tanto que no podía ocuparme de ella; no podía moverme. Me dolía mucho el estómago y me di cuenta de que hacía una semana que no defecaba. Al final fui a urgencias por el dolor. Allí me hicieron un TAC y vieron "alguna obstrucción" en el colon. Al día siguiente me hicieron una colonoscopia. Allí tumbada en la camilla después de la colonoscopia lloré desconsoladamente porque se confirmó lo peor sin que nadie utilizara ninguna palabra. Tenía miedo de morir; miedo de dejar a mi hijo; miedo de dejar a mi hija recién nacida. Al tercer día, supe que era cáncer de colon y me operaron para extirparlo. Tras recuperarme de la operación, supe que tenía cáncer de colon en estadio IV.

Consejos: Es mejor saber que no saber. El cáncer no tratado conduce a la muerte. Pero antes de la muerte, hay síntomas horribles que nos acosan; sin embargo, los ignoramos. Da miedo navegar días y días y días de miedo al "qué pasaría si" cuando los síntomas están presentes.
Echando la vista atrás, ojalá hubiera tenido el valor de ir a que me examinaran al primer síntoma de que algo iba mal.

Mantente alejado de Google Infórmate con tu médico y con grupos de apoyo. Acude a terapia durante o después del tratamiento. Date tiempo y espacio para procesar realmente tu diagnóstico.

Seguir luchando. Incluso casi ocho años después; casi cuatro años después de mi última recidiva, sigue dando miedo hacerse esos TAC anuales e ir a las citas oncológicas. Considera esas citas como la victoria que son... Hoy estoy aquí en esta cita porque el año pasado el cáncer no ganó. Gané yo.