Stéphanie Lévesque

Fue el 14 de febrero de 2023, día de San Valentín, cuando mi pareja y yo nos reunimos con el cirujano que me hizo la colonoscopia el 6 de febrero.

Es como si mi cerebro no asimilara la información: Me estaba diciendo que tenía cáncer colorrectal en estadio III. Pero la "buena" noticia es que mi tumor estaba bien localizado y los ganglios linfáticos afectados también.

Mi compañero me cogió de la mano y me aseguró que lo afrontaríamos juntos.

Los síntomas incluían hemorragia rectal o sangre en las heces, cambios continuos en los hábitos intestinales y pérdida de peso repentina e inexplicable.

Mi cirujano me explicó el plan, pero después de la radioterapia todo cambió porque tuve complicaciones raras: 1 posibilidad entre 1.000.000, me dijeron. Y la cosa no quedó ahí; después de cada paso tuve complicaciones. Mis tratamientos incluyeron quimioterapia, cirugía y radioterapia. Me he hecho pruebas de biomarcadores y también he tenido un ileostomía.

Algunos efectos secundarios del tratamiento son dolor, ansiedad, estrés o problemas de salud mental.

Algo que los miembros del Congreso deben saber sobre las necesidades de los pacientes con cáncer colorrectal es que necesitamos una atención adecuada, con esperas más cortas para las pruebas necesarias, como la colonoscopia.

Mi consejo para alguien que tenga miedo de acudir a un médico o de someterse a una prueba de detección del cáncer colorrectal es el siguiente: No tenga miedo, la colonoscopia es la forma más eficaz de detectar el cáncer colorrectal. Yo esperé demasiado, ¡y por suerte no era demasiado tarde para mí! Pero no es el caso de todo el mundo. Céntrate en lo positivo. Deja de compararte con otras personas con el mismo cáncer, porque cada caso es diferente, aunque el cáncer sea el mismo.

A pesar de todo, ¡sigo aquí sobre mis dos pies! No me rindo. Los tratamientos no han terminado. Estamos a la espera de lo que suceda el 13 de febrero de 2024, ¡casi un año después del anuncio de mi cáncer!