Melissa Bahr

Historia: "Me diagnosticaron la enfermedad hace unos seis años, ¡y mi vida dio oficialmente un vuelco! Pasé por una operación bastante dura seguida de seis meses de tratamiento de quimioterapia. ¡Lo terminé y lo celebré!

"Pero entonces me encontraron ganglios linfáticos al azar y tuve que volver a someterme a tratamiento. Siguió otra operación, más dura que la primera, y luego más tratamiento. Actualmente sigo recibiendo cuatro sesiones de quimioterapia cada dos semanas, mientras sigo viviendo mi vida. Me niego rotundamente a permitir que este diagnóstico me altere y me haga perder de vista lo que importa. He luchado y peleado, he llorado y me he levantado del suelo más de una vez. También he sonreído y reído mucho en los últimos seis años. Estoy orgullosa de dónde me encuentro hoy. Sé que tengo tres hijos que cuentan conmigo cada día, y este bache en mi camino no va a cambiar eso. Seguiré haciendo lo que haga falta para demostrar a los demás que sí se puede. ¡Y me levantaré todos los días dispuesta a luchar y a patearle el culo a C!

"Quiero participar en una organización que marque la diferencia para quienes se enfrentan a esta enfermedad. Quiero ayudar a los demás y hacerles saber que no están solos en una época en la que muchos se sienten completamente aislados. Incluso cuando tenemos todo el apoyo del mundo. Quiero invertir mi tiempo en marcar la diferencia y ayudar, apoyar y motivar a los demás mientras luchan y se preocupan por los días que les esperan. Quiero ser alguien a quien los demás puedan admirar sabiendo que, incluso cuando da miedo y nos aterra lo desconocido, ¡nunca hay que rendirse y hay que seguir luchando!".

Consejos: "Mi consejo para los recién diagnosticados es que respiren. Creo que lo mejor que pueden y deben hacer por sí mismos es tomarse un momento, intentar despejar la mente y relajarse. Nos dan tanta información y tantas opiniones. Es importante recordar que tú y tu salud sois lo primero.

"Investiga, haz preguntas y siéntete segura de que estás tomando la mejor decisión para ti. Otra cosa que he aprendido a lo largo de mi viaje, y esto me ha llevado muchos años de trabajo, y sinceramente sigue siendo un reto para mí, es a aceptar ayuda cuando me la ofrecen. Intenté hacerlo (y sigo haciéndolo) todo yo sola. No quería parecer débil o como si no pudiera manejar las cosas por mí misma. Pero, además de los beneficios de quitarte un poco de peso de encima y de tus responsabilidades, dejar entrar a los demás también ayuda a la familia y a los amigos que solo quieren apoyarnos y querernos. Mi último consejo es que seas positivo. Cree en ti y en tu capacidad para superar este reto. Puedes hacerlo".