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Courtney

Pacientes y supervivientes Previvor Cáncer de colon
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Hace unos años, mi prima Amanda me dijo que le habían diagnosticado cáncer de colon. Sólo tenía 34 años. Joven, ¿verdad? Y luego me dijo que su tipo de cáncer de colon es hereditario.

Tras el diagnóstico de mi prima, su madre (mi tía) se hizo una colonoscopia y descubrió que también tenía cáncer de colon. Resulta que algunos miembros de nuestra familia son portadores de una variación genética hereditaria, llamada Síndrome de Lynch. Esta variación hace más probable el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, incluido el de colon.

Debido a este vínculo, se considera que mi familia tiene un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal. Tuve que considerar pruebas genéticas.

Hacerse pruebas genéticas

Se lo comenté a mi médico unos años después del diagnóstico de mi primo. En una de mis revisiones anuales, le hablé de Lynch y de mis antecedentes familiares de cáncer de colon, esperando que me orientara. Aunque me escuchó, nunca me ofreció respuestas a las dos preguntas que tenía:

¿Cómo me hago la prueba genética y cuánto me costará?

Después de presenciar los efectos del cáncer en mi familia, finalmente decidí consultar a un nuevo médico. Para mi sorpresa, fue ella quien sacó a relucir mis antecedentes familiares y me explicó cómo podía solicitar la prueba genética y averiguar el coste en mi nombre. Poco después, recibí asesoramiento genético y me sometí a las pruebas genéticas.

Dos semanas después, recibí los resultados, que fueron positivos. Tengo el síndrome de Lynch.

Al igual que mi prima y al igual que mi tía, tengo un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, entre otros.

Tras encontrar a los médicos adecuados, programé mi primera colonoscopia para febrero de 2017, aunque no tenía síntomas y solo tengo 37 años. Sin embargo, tengo una predisposición genética al cáncer de colon, que puede detectarse a tiempo e incluso prevenirse.

Durante mi colonoscopia me detectaron un pólipo y lo enviaron a analizar. Mi pólipo era benigno, lo que significa que no era canceroso, pero los médicos lo extirparon de inmediato.

Al elegir hacerme el cribado, ¡he evitado el cáncer! Aunque mis pautas de cribado seguirán siendo diferentes de las de las personas de riesgo medio, me siento bien sabiendo que tengo la oportunidad de tomar las riendas de mi salud. ¡Soy una "previvor"!

Si tiene antecedentes familiares de cáncer colorrectal, hable con su médico y pregúntele sobre pruebas genéticasaunque no tenga síntomas. Prevenir el cáncer es mucho más fácil que combatirlo.

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